Caza del Corzo

En el coto San Quilez, de Estopiñán del Castillo, es posible cazar el corzo al «rececho». De hecho, José Gómez, el presidente de la sociedad deportiva de Estopiñán, adjudicataria del coto, ha vendido varias anillas. Este año, ya está el cupo completo, salvo que alguien renuncie. Quién esté interesado puede contactar con José Gòmes.

El mes de mayo es la época del año donde se pueden observar la mayoría de las especies que buscan los bosques y los montes para esconderse. Cuando salen, lo hacen a última hora de la tarde o con la primera luz del día, a excepción de lugares donde no se les moleste. En cuanto hay demasiada luz o aumentan las temperaturas inmediatamente buscan refugio. Por ello se considera que este es el mejor mes para la Caza del Corzo.

El Corzo es un animal tímido, cauteloso, extraordinariamente forestal, crepuscular y muy nocturno. El cazador utiliza dos técnicas: aprovecha la salida del animal a la siembra en zonas con mayor insolación, o hace uso del reclamo manual. Gracias a este segundo sistema se consigue que el ejemplar entre a tiro, aprovechando el celo.

El celo en el corzo es bastante irregular ya que sufre importantes variaciones de fecha. Hay años en los que esta especie acude inmediatamente al pitido realizado por el cazador. Hay dos sistemas: el butolo y los bucales. El primero de ellos tiene la forma de una pera de goma que al apretarse emite un grito similar al que realiza la hembra. Por su parte, el otro es más sencillo y eficaz. Se trata de un silbato con un tornillo que se modula para reproducir el grito de angustia de una cría o corcino. Con ello se consigue que acudan la madre y, en ocasiones, el macho.

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